¿Cómo se desarrolla una investigación durante seis meses en Japón?

Daniel Villa Gracia

Me gustaría agradecer a Fundación Japón y todas las personas que han contribuido a que fuera posible completar este programa. Desde el personal de la sede de Madrid hasta los vecinos de Tajiri Chô, decenas de profesionales y voluntarios hicieron posible que el grupo de investigadores que formamos el «Program for Specialists in Cultural and Academic Fields» pudiéramos perfeccionar nuestro nivel de japonés y desarrollar una investigación sobre nuestra especialidad académica.
 
Desde la llegada al centro de Osaka (situado convenientemente enfrente del aeropuerto de Kansai), nuestro grupo desarrolló todas las actividades en japonés, recurriendo al inglés lo menos posible como apoyo (salvo en determinados documentos impresos cuya compresión nos era imprescindible). Incluso entre los miembros de la beca, (llegados desde Corea, China, Estados Unidos, Hong Kong, Reino Unido, Polonia, Mongolia, Alemania y España) nos comunicamos desde los primeros días en japonés. Esto permitió una inmersión cultural que puede parecer costosa al principio, pero fundamental para los propósitos del programa.

 
La dinámica de los seis meses se orienta hacia la mejora de las habilidades para realizar una investigación en Japón (mediante búsqueda bibliográfica, congresos, entrevistas, visitas a centros, bibliotecas, museos, etc.) y exponer sus resultados mediante una presentación oral y un artículo, ambos en japonés. Las horas lectivas se repartieron entre clases de gramática, kanji y vocabulario, presentación, conversación, lectura y escritura. El resto del tiempo se puede dedicar de manera individualizada a desarrollar la investigación. Es innegable que tanto las clases como las tareas fueron un reto para todos, pero los resultados también lo fueron. Desde que aterricé en octubre hasta la partida en abril, pude apreciar la progresión en la fluidez a la hora de comunicarme, compresión lectora o capacidad de redacción.
 
Además, los tutores y personal del centro nos ayudaron a desarrollar la investigación que propusimos al inicio del programa. El apoyo del personal de la biblioteca fue inestimable, ya que su fondo bibliográfico está muy centrado en temas culturales, y nos ayudaron a acceder a bases de datos online y bibliotecas locales, nacionales y universitarias. Mi investigación se centró en las relaciones entre manga y anime. En un principio pude consultar numerosas referencias en inglés, y a medida que mi nivel fue mejorando pude hacerlo con textos japoneses.
 
Por otra parte, la Fundación Japón nos financió viajes, estancias y acceso a centros culturales relacionados con nuestras especialidades. Esto me permitió participar en congresos, entrevistar a profesionales y académicos, asistir a eventos y visitar museos y exposiciones en varios puntos del país. Además de una magnífica experiencia, fue una oportunidad irrepetible para desarrollar mi investigación posdoctoral.
 
Las asociaciones de voluntarios que colaboran con el centro nos ofrecieron numerosas actividades culturales que aplicaron la experiencia más allá de lo lectivo. Nos permitieron disfrutar de festivales y actividades lúdicas y culturales de todo tipo, como excursiones por la zona de Kansai, tambores taiko, ikebana, ceremonia del té o caligrafía japonesa. Además, durante los meses convivimos con otros grupos, como diplomáticos, profesores de japonés (nacionales y extranjeros) o estudiantes de intercambio. Cada grupo llegó a Japón con un objetivo, y el intercambio de experiencias y puntos de vista fue fantástico.
 

 
Es una experiencia ideal para doctorandos o postdoctorandos relacionados con las ciencias sociales, artes o humanidades, con un nivel básico de japonés, y estén apasionados por desarrollar su tesis doctoral o proyecto de investigación en Japón. Aunque seis meses pueda parecer a primera vista un periodo largo, en mi caso pasaron volando, e incluso me habría gustado permanecer unos meses más para perfeccionar aún más mi nivel de japonés y asistir a más eventos y exposiciones. Esta beca ha reforzado mi interés por el estudio del audiovisual japonés desde un punto de vista académico y la importancia de realizar un trabajo de campo de primera mano.
 
Gracias, de nuevo, a todas los compañeros y profesionales que hicieron posible esta inigualable experiencia.