Sobre mi experiencia de seis meses en Japón

Mario Malo Sanz

Reflexionando acerca de mi experiencia académica en el centro como investigador cabe decir, que una de las cosas más importantes que me ha ofrecido el programa de 6 meses es la posibilidad de hacer trabajo de campo referente a mi investigación. Gracias a ello me ha sido posible conocer cómo se articulan socialmente algunas de las NPO más importantes del área de Fukushima e Iwate. Ha sido un privilegio poder contar con 2 periodos de investigación en los que poder pasar de una aproximación bibliográfica a un trabajo de tipo etnológico.

Por otro lado, si hablamos de la vida en el centro, el diferente bagaje de los participantes y la mezcolanza cultural suponen una excelente base para que se produzca un intercambio intelectual enriquecedor. Siendo más concisos, existen varios programas y por ello los participantes solemos hacer amigos que provienen de diferentes campos de conocimiento. En mi caso tanto el grupo de investigadores al que pertenecía, como las personas que vienen de las embajadas, han compartido y generado conmigo experiencias que perdurarán para siempre en mi mente.


 
En un ámbito todavía más personal, me gustaría decir que también en Tajiri Chô existe una sinergia muy especial entre los voluntarios de la zona y el centro internacional de The Japan Foundation. El grupo de ICA, los voluntarios de intercambio lingüístico, el club Saiyukai de Kumatori, etc. Gracias a ellos pude apreciar mucho mejor cómo funciona el voluntariado y cómo se estructura alrededor de la comunidad internacional del centro de lenguas. Especialmente, siento una especial gratitud hacia los voluntarios de ICA, ya que continuamente y de forma desinteresada, han hecho un gran esfuerzo por ayudar a la integración de todos los participantes del programa en la comunidad japonesa del área circundante al centro. También estoy especialmente agradecido a los tres maravillosos profesores retirados, que altruistamente nos enseñaron iaido la de la escuela Mugai Ryû.

Como conclusión puedo decir que la experiencia es dura, pero realmente gratificante. Los exámenes diarios, la preparación de los periodos de investigación y del trabajo de campo, explicar tu tema en japonés y poder responder con soltura a lo que te preguntan… supusieron grandes retos que, a mi juicio, implican un desarrollo mental cuya magnitud es relevante. Los profesores del centro son grandes profesionales, no solo en la enseñanza de la lengua, sino que también tienen un background importante en el ámbito de las ciencias sociales, por ello, si sigues las pautas que marcadas por los docentes, puedes evolucionar mucho tanto en el incremento de tu capacidad filológica, como en el desarrollo de tu propia tesis.