Cuando, animados por nuestro editor Sandro Mena, Jonatan Cantero y yo decidimos hacer un cómic juntos, lo primero que hicimos fue sentarnos para decidir que hacer. Antes de ponerme a trabajar en una historia, me gusta sentarme con el dibujante y saber que le gustaría hacer, que temáticas le interesan y que tipo de historias le gustan. Pronto descubrimos que teníamos en común una pasión por Japón y su cultura.
 
Nos pusimos manos a la obra y decidimos que el protagonista sería un oni diferente a los demás, uno que no se come a los humanos si no que quiere ser un héroe, ser recordado como una leyenda que hizo grandes gestas. Siguiendo la tradición del maestro Toriyama Akira de poner nombres de comida a los personajes, Jonatan pensó en llamarlo Korokke.
 
Meses después de que saliera publicado por Spaceman Project lo presentamos a los Manga Award y cual fue nuestra sorpresa cuando, meses después nos comunicábamos que el excelentísimo jurado nos había seleccionado para un Silver Award.
 
Y por ello, la Fundación Japón tuvo a bien invitarme del 16 al 25 de febrero a viajar a Japón para recoger el premio. Que te den un premio ya es algo que hace mucha ilusión, único, la ceremonia de entrega fue un momento inolvidable, uno de los momentos más álgidos del viaje pero la cosa no se quedo ahí, eso solo fue una de las muchas experiencias increíbles que viví en el viaje.
 
Ya había estado en Japón y había visto muchos sitios que cualquier turista puede ver, había experimentado lo que millones de personas experimentan cada año visitando las prefecturas del país. Pero no todos los días se puede visitar una editorial de manga, hablar con uno de sus editores y conocer de primera mano el funcionamiento de una revista, como se prepara un manga para su publicación o se pueden ver originales de algunos de sus autores.
 
Un viaje muy inspirador, acompañado de una guía, Yamamoto Shoko, que no solo hizo de interpreté si no que dio explicaciones muy interesantes de todo lo que veíamos y respondía a todas las decenas de preguntas que surgían a este guionista al que la cabeza iba a mil por hora pensando historias.
 
No solo tuvimos tiempo de visitar editoriales como Shōgakukan o Shueisha, compartir un rato con el maestro Matsumoto Taiyo, visitar las oficinas y estudio de animación Pierrot pudiendo ver de primera mano como se animaba un episodio de Boruto, visitar el Museo Internacional de Manga en Kyoto y ver, entre otras cosas, su sótano con una increíble colección de mas de 250.000 ejemplares conservados a una temperatura especial... Además de todo ello, experiencias que por si solas ya justifican el viaje, también pudimos conocer mas aspectos de la cultura japonesa visitando templos, el castillo Nijo, el mercado Nisihiki, el Pabellón Dorado y comiendo en sitios increíbles en el que nos empapamos de los sabores y tradiciones japonesas.
 
Un viaje repleto de momentos, vivencias y anécdotas que atesoraré toda la vida. De hecho he vuelto con ganas de reflejar la experiencia en un libro que espero transmita todo lo que vivido allí de la mano de la Fundación Japón.
 
Ahora estoy trabajando con el editor para llevar el primer libro Korokke a Japón, en japonés, es algo que nos haría ilusión. Además, mientras escribo estas líneas, estamos en plena campaña para que se publique un nuevo libro de Korokke, https://www.spacemanproject.com/en/project/korokke-and-the-spirit-beneath-the-mountain/48

He de agradecer una vez más a la Fundación Japón el haber vivido esta genial experiencia. Y a todos los que me ayudaron a que esto fuera posible, como Jonatan, Sandro, el equipo Spaceman y todos los que apoyan las aventuras de Korokke.
 
Josep Busquet
Barcelona, Marzo de 2020